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Luz Morgade, arquitecta

imagen de un proyecto de vivienda unifamiliar en su totalidad

La geobiología es otra capa de información que también analizamos a la hora de proyectar un edificio, ya que se estudian las radiaciones telúricas que de forma natural emanan del subsuelo de la tierra. Esto nos permite elegir “el buen sitio” del terreno para ubicar la vivienda. Este trabajo se realiza mediante radiestesia y diversos aparatos de medición como brújulas, magnetómetros, contadores de Geiger y Biómetros.

Para una construcción nueva se realiza en tres fases:

Primero se hace una prospección del lugar para observar la biometría del terreno, calcular la radiactividad, las corrientes de agua subterráneas, las fallas o fisuras del terreno, la red de líneas Hartmann y Curry, así como la contaminación eléctrica y electromagnética artificial.

La segunda fase se realiza cuando se está construyendo la estructura de la vivienda, para analizar las redes geomagnéticas y marcar la situación del cuadro de instalación eléctrica, así como la adecuada ubicación de las picas de tierra.

La tercera fase es una prospección al finalizar la obra para comprobar las mediciones, y realizar si es necesario algún ajuste de armonización.